Esta es la historia de como una mera casualidad, hizo que nuestro protagonista se convirtiera en el mayor asesino del mundo. Y no una, si no 2 veces.
Esta historia empieza en Detroit en 1908. Allí, sobre el puente de Belle Isle, el coche de una mujer se cala el coche, debido a la pobre calidad de la gasolina que causaba unas explosiones que terminaban degradando el motor.El caso es que el automovilista que la sigue se baja y se ofrece para volver a arrancar su coche. En esa época sólo hay una manera de arrancar un coche, usar la manivela. Lo consigue, pero al ponerse en marcha el motor, el retorno de la manivela golpea a Carter con tal fuerza que le revienta la mandíbula. Fallecería poco tiempo después de las heridas.
Vaya por Dios.
El caso es que alguien contrató entonces a un joven ingeniero, Thomas Midgley Jr. para que encontrase la fórmula de una gasolina que previniese el picado de biela, y de paso hacer un motor de arranque.
Tras probarlo con casi todo, literalmente, sólo con el etanol (alcohol, básicamente) conseguía el efecto deseado. Pero era considerado caro y se necesitaba un 10 % de etanol en cada volumen de gasolina. Buscaban algo más barato. Algunas de las soluciones eran prometedoras, pero no convencían por precio o por...olor, como la combinación de telurio e hidróxido de sodio.
Finalmente, el 3 de diciembre de 1921, Midgley da con la solución, el tetraetilo de plomo. Es barato de fabricar, abundante y no tiene olor. Entusiasmado se lo comunica a Kettering sabiendo que iban a ganar montañas y montañas de dinero.
Y... Bueno si quieres saber por qué este hombre con cara de bonachón se convirtió en el mayor asesino del mundo... ¡Dale al "Play"!